
Antes de lavarse los dientes, Marisela, de 24 años, inicia sesión en Facebook. Todavía soñolienta, empieza sus días saludando a sus contactos en línea.
Llevar el internet en el bolsillo a través de su teléfono móvil le facilita estar todo el tiempo conectada a cualquiera de las cinco páginas a las que está registrada con precisos datos personales.
“Reviso mis cuentas varias veces al día. Presto más atención a tres de ellas. Es algo que disfruto y me inquieta no poder estar comunicada”, confiesa.
Renville explica que la adicción se nota en el adolescente que se pone agresivo porque le prohíben el internet, o en quien no duerme por estar pendiente a colocar informaciones y fotos en su página o comentar las ajenas.“Si no estar conectado te incomoda, te inquieta o te irrita, es una alerta de que te conviertes en dependiente de eso”.
Vida pública. Mary Campusano, de 25 años, sufrió las críticas de familiares que mediante Facebook se enteraron de su noviazgo, por unas fotos íntimas que publicó.
Ahora tomó medidas para cuidar su privacidad. “No permito que nadie copie mis fotos ni que quien no sea de mi red de amigos entre a mi perfil. Además, escogí la opción de que mi perfil no aparezca en el buscador”, confiesa.
Casos de dependencia y sobre las consecuencias de publicar intimidadesLa Policía está atenta
Un fugitivo reveló sin querer su paradero a la Policía de Seattle (EE.UU.) con sus actualizaciones. Un ex funcio- nario de Justicia que tenía entre sus contactos dio la alerta.
Datos para criminales
Datos publicados por usuarios de Hi5 facilitaron en México varios planes de secuestradores. Ejecutivos de Hi5 reconocieron que fortalecer la seguridad de la página es prioridad.
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